De esas cenizas, fénix nuevo espera;

Mas con tus labios quedn vergonzosos
(que no compiten flores a rubíes)
y pálidos, después, de temerosos.

Y cuando con relámpagos te ríes,
de púrpura, cobardes, si ambiciosos,
marchitan sus blasones carmesíes.


Francisco de Quevedo


domingo, 11 de abril de 2010

Métrica española - Generalidades del romance

El romance es una forma española. Inicia su cultivo desde la Edad Media gracias a las formas árabes jarcha y zéjel; recordemos que éstos duraron más de setescientos años dentro de la península.

Aunque su composición es relativamente más sencilla que la del soneto, debido a la libertad que ofrece su estructura- se riman versos pares nada más,quedando b-a-c-a-d-a-e... - lo complicado en él es que se narra una historia, además de que posee rima asonante (es decir, riman sólo las vocales a partir de la última acentuada; así, fuego rima de manera asonante con pueblo, por ejemplo y, de paso, rima también con esta última) y mide ocho sílabas.

Otra característica suya es que no necesita dividirse en estrofas (párrafos) como el soneto; un solo romance puede tener cientos de versos sin división.

Dejo una parte del romance Advierte al tiempo de mayores hazañas, en que podrá ejercitar sus fuerzas de Quevedo; más por extensión que por gusto es por lo que lo recorto. Vemos que la rima asonante es é-e.

Tiempo, que todo lo mudas,
tú, que con las horas breves
lo que nos diste, nos quitas,
lo que llevaste, nos vuelves:
tú, que con los mismos pasos,
que cielos y estrellas mueves,
en la casa de la vida,
pisas umbral de la muerte.
Tú, que de vengar agravios
te precias como valiente,
pues castigas hermosuras,
por satisfacer desdenes:
tú, lastimoso alquimista,
pues del ébano que tuerces,
haciendo plata las hebras,
a sus dueños empobreces:
tú, que con pies desiguales,
pisas del mundo las leyes,
cuya sed bebe los ríos,
y su arena no los siente.

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